sábado, 16 de mayo de 2009

DEPORTE, DISCAPACIDAD E INCLUSIÓN SOCIAL


1. INTRODUCCIÓN GENERAL
“Por los azares de los desencuentros con las calles lunares de Bogotá, tuve que vivir unos días con un bastón y luego con una muleta. Escribo esta breve nota para María del Pilar Pinzón y LA DISCAPACIDAD, con el fin de socializar un cuestionamiento que nació ante mi situación temporal…. No es a usar bien las muletas lo que tengo que aprender. Es a soportar las miradas confusas, sorprendidas, lastimosas, apáticas y sobre todo, repetidas, de las personas que cruzan apuradas por las calles perdidas. Para algunos soy más bien invisible y no ha faltado el que me mire con detenimiento, pensando quizá que le pediré una moneda. Las calles que muchas veces he recorrido de prisa, sin mirar nada ni a nadie, cuando el afán de los días corrientes se lleva la contemplación de la vida, y donde, hasta el más alegre de los flaneurs (paseantes) se olvida de la vida de los otros, se me hacen hoy tan largas y tan descompuestas”.
FRENTE A LA MIRADA DE LOS OTROS.
Alberto Bejarano.
www.letrasemiautomaticas.blogspot.com.

Este breve fragmento de una carta escrita por Bejarano a María del Pilar, permite vislumbrar desde una perspectiva más amplia, la realidad que es el diario vivir de millones de personas en el mundo, que por diferentes razones tienen una discapacidad y en la que el terreno de la indiferencia y la invisibilidad es ingrediente sustancial a dicha situación. Desde luego, tal circunstancia debe llamar a la academia, a la política y a las instituciones en general, a una reflexión, seria y profunda sobre el tema de la discapacidad, que permitan el cambio de las percepciones y actitudes que el imaginario social tiene frente a ella y el rol que puede jugar la sociedad y sus instituciones frente a la construcción y reconstrucción de nuevos paradigmas socializadores e inclusivos en el manejo de este complejo mundo de la discapacidad.

Los avances que se han realizado en el deporte, con tendencia significativa de elevada trascendencia en la sociedad del siglo XX, marca el derrotero de las sociedades de este siglo XXI, para establecer importantes hitos de alto impacto en lo social, la salud, la educación, la cultura, la economía del mundo moderno en general y desde luego también en el ámbito de la discapacidad, campo en el cual, sin lugar a dudas, a través del deporte, los grupos de personas con discapacidad han encontrado el más significativo espacio de reivindicación humana y portento especial para su visibilidad en a sociedad.

De hecho, una de sus manifestaciones más reconocidas se observa alrededor de los logros deportivos, de los millones de deportistas, que con alguna discapacidad y su actuación deportiva, lindan con los límites del tesón y el rendimiento físico y psicológico humano. Las olimpiadas paralímpicas se han constituido en el nuevo escenario que modela las infinitas posibilidades que el ser humano tiene para confrontarse a sí mismo y a los demás en un amplio mundo de inclusión social, cultural y desde luego deportiva.

Sin embargo, observar el deporte competitivo desde esta única perspectiva, es una posición demasiado simplista, frente a las profundas y amplias posibilidades que ofrece como importante medio de rehabilitación/integración/inclusión de millones de personas con discapacidad, como lo han venido haciendo y documentando, social y científicamente muchas organizaciones alrededor del mundo, para acabar el viejo paradigma de que sólo los más fuertes tienen espacio.

Es necesario resaltar su papel estratégico como símbolo, capaz de mover y transformar millones de voluntades de individuos y organizaciones, hacia una práctica creciente del deporte en el amplio espectro del mundo de la discapacidad. El alto rendimiento deportivo, sólo es una manifestación más de las otras como él se expresa en sus múltiples intervenciones en la sociedad, teniendo unas amplias posibilidades como mediador de procesos de crecimiento social y humano para la persona con alguna discapacidad.

En tal sentido es evidente y se tiene claridad, que el deporte para las personas con discapacidad el significado del deporte incide de manera directa en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, sin desconocer otros intereses que se mueven alrededor de él, como el comercio, la ciencia, la tecnología, la educación, la salud o los medios de comunicación y en el que hoy por hoy la discapacidad también ha ganado un amplio espacio.

En esa perspectiva el deporte para las personas con discapacidad se mueve estratégicamente por lo menos en tres tópicos vitales para su reflexión y permanente construcción: el deporte, la discapacidad y la inclusión social, que le dan un contexto específico a la actividad, pero deja abierta su exploración, estudios y acciones especializadas hacia la enmarañada red de relaciones e interacciones con otros ámbitos de la vida política, económica y social de las personas en general.


2. EL CONTEXTO DEL DEPORTE PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Millones de personas de todas las edades, alrededor del mundo, padecen algún tipo de discapacidad, lo cual les supone verse confrontados con obstáculos no sólo físicos, sino psicológicos, económicos y culturales que les impiden desempeñarse plenamente en los diferentes roles que la sociedad humana dispone para la satisfacción de sus necesidades, incluidas naturalmente las de aprovechamiento del tiempo libre, la recreación y el deporte.

La preocupación latente de organismos nacionales y internacionales por esa incontrovertible realidad y además responsables por la protección y garantías de los derechos humanos alrededor del mundo, han propuesto estrategias y alianzas de trabajo que permitan articular esfuerzos, recursos y acciones, algunas veces programáticas y otras muy puntuales, con grupos vulnerables de población, entre ellos los de personas con discapacidad, orientados a la generación de oportunidades y al aprovechamiento del potencial humano de estas personas, en los esfuerzos que la sociedad realiza para fortalecer el progreso de los pueblos y el mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos, buscando mayores oportunidades para el fomento de una mayor integración social, mayores posibilidades en materia de formación, acceso a la cultura, recreación y deporte y naturalmente a empleos productivos, así como acciones destinadas a combatir las actitudes negativas y perjudiciales que proyecta la sociedad.

Como queda en evidencia en el documento[1] elaborado por el Ministerio de la Protección Social de Colombia, ya desde hace más de dos décadas, se han venido trazando estrategias para el manejo de la “discapacidad” en el contexto de las políticas multilaterales. Así lo manifiesta el Programa de Acción Mundial para los Impedidos, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1982, que “…reitera la constante necesidad de promover la realización para el derecho de los impedidos a participar plenamente en la vida social y el desarrollo de sus sociedades y a disfrutar de condiciones iguales a las de otros ciudadanos, así como a participar en pie de igualdad en el mejoramiento de las condiciones de vida resultantes del desarrollo social y económico, debido a que más de quinientos (500) millones de personas en el mundo sufren de una u otra forma de incapacidad; de los cuales, cerca de cuatrocientos (400) millones corresponden a países en desarrollo...”

Hoy en particular, es evidente su relación con respecto a los denominados Objetivos del Milenio y con la promoción, protección y garantía de los derechos humanos. La Organización de Naciones Unidas, considera que uno de los motivos que a nivel mundial causa una profunda discriminación, es la condición de discapacidad que sufren millones de personas alrededor del planeta, afectando seriamente a los niños y los jóvenes. Se considera que en el mundo, la población con discapacidad[2] alcanza el 10% y en Colombia, el 12%. De acuerdo con Naciones Unidas[3] más de las dos terceras partes de esas personas vive en países en desarrollo, sólo el 2 % de los niños con discapacidad del mundo en desarrollo recibe algún tipo de educación o rehabilitación y en todo el mundo es directo y fuerte el vínculo que existe entre la discapacidad, la pobreza y la exclusión social, incluyendo en ello el acceso a la educación física, la recreación y la actividad deportiva.

El compromiso de Naciones Unidas ha tenido importantes avances y se destaca la aprobación del documento denominado “Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” mediante el cual se convoca a los Estados Miembros a realizar acciones inmediatas encaminadas a la inclusión, rehabilitación y manejo de la discapacidad, incluyendo el tema de la recreación y el deporte, frente a lo cual plantea entre otras consideraciones[4], la importancia de garantizar que las personas con discapacidad, puedan participar en pie de igualdad con los demás, en actividades recreativas, de esparcimiento y deportivas, incluyendo instrucción, capacitación, recursos apropiados a su condición, accesos a instalaciones deportivas, recreativas y turísticas.

Por su parte, para el caso colombiano, el Instituto Colombiano del Deporte y el Comité Paralímpico Colombiano, en el plan decenal denominado “DEPORTE ACCESIBLE PARA TODOS”[5], pone en evidencia que “… Sin embargo, es claro que el acceso y la participación de las personas con discapacidad en manifestaciones culturales, recreativas y deportivas, siguen siendo insuficientes, debido a la falta de una política pública que incorpore respuestas a sus necesidades y espacios para su desarrollo… En esta perspectiva, es importante resaltar que el tratamiento que se ofrezca al deporte de las personas con discapacidad, desde el Estado, debe responder a criterios puntuales que tengan en cuenta no sólo la organización en el ámbito nacional e internacional, sino también las necesidades y expectativas de los deportistas con discapacidad… y configuración de un nuevo imaginario social de la actividad paralímpica colombiana, que le permita a la población con discapacidad un adecuado nivel de integración familiar y social que, entre otros aspectos, propicie la inclusión en condiciones favorables y equitativas”

A lo largo de la historia de la intervención en discapacidad, se ha consolidado un enfoque de derechos en el cual fundamentalmente se da plena vigencia hacia derechos fundamentales como el reconocimiento de una vida digna, libre y de acceso a los bienes y servicios que la sociedad ha dispuesto para la satisfacción de las necesidades humanas, incluidas naturalmente las necesidades lúdicas, de actividad física y deportivas que hacen parte indivisible de la dimensión integral de las personas. En ese proceso de intervención quizás como ningún otro medio, el deporte ha jugado un papel fundamental para la visibilidad de la discapacidad y su reconocimiento por parte del colectivo social; en ese mismo sentido el Estado, se constituye en un garante para la vigencia, promoción y respeto de los derechos esenciales que les atañen a las personas con discapacidad.

En ese proceso de desarrollo del tema de la discapacidad en general y aún dentro de la perspectiva de la inclusión social y específicamente dentro del ámbito propio del deporte, la recreación y la actividad física, las instituciones oficiales multilaterales y nacionales, las organizaciones civiles, la academia, la investigación, la ciencia y la tecnología han colocado al servicio de estos grupos especiales de la población, diversas herramientas que buscan su reconocimiento e inclusión social en las diferentes actividades que desarrolla normalmente el ser humano. Ha dispuesto normas para garantizar su ocupación laboral, para garantizar su acceso a diversos bienes y servicios, ha generado estrategias metodológicas y pedagógicas para su intervención, ha construido espacios de integración e intercambio social, cultural, deportivo y recreativo en beneficio de estos grupos.

Sin embargo, subsisten dificultades en diversos órdenes: se desconocen avances, medios, pedagogías mediadoras de aprendizajes especiales, pero sobre todo aún prevalecen serios obstáculos en la sociedad en general para comprender, entender y respetar las posibilidades de crecimiento y potencialización de las facultades de las personas con discapacidad en donde el deporte, la recreación y la actividad física organizada y sistemática, sin lugar a dudas, pueden jugar un papel fundamental.

Es pues necesario llamar a la reflexión a los diversos actores políticos, sociales, económicos y deportivos hacia la integración, el intercambio de saberes, de acciones y recursos que permitan avanzar en la consolidación de políticas y estrategias públicas, que orienten de manera objetiva procesos de inclusión e intercambio social verdadero a través de las actividades físicas, recreativas y deportivas para las personas con discapacidad.

Estudios, programas y actividades reflexionadas y construidas desde los contextos propios del mundo de la discapacidad, como por ejemplo, sobre las amplias relaciones entre tiempo libre, deporte y discapacidad y dentro de ello, la problemática del tiempo libre, la actividad física, la discapacidad y la inclusión social como componentes estructurales que los desarrollan, constituyen hoy una fuerte tendencia de carácter académica, programática e incluso política a través de las cuales, verdaderamente pueda abordarse y apropiarse para las personas con discapacidad los beneficios que puedan derivarse de un positivo aprovechamiento del tiempo libre, dentro de los amplios conceptos de promoción y desarrollo de estilos de vida sana o como parte esencial del mejoramiento de la calidad de vida.; en tal sentido será necesario avanzar tanto conceptual como pragmáticamente en estrategias que permitan intervenir de manera efectiva sobre la calidad de vida de estas personas, a través de las actividades físicas, recreativas y deportivas dentro de un amplio marco real de inclusión social y de desarrollo humano.

En esa misma perspectiva, habrá que propiciar espacios de desarrollo para la actividad física para las personas con discapacidad, pero de manera especial de profundizar en la perspectiva de los conceptos, programas y estrategias que articulen de manera efectiva para estos grupos poblacionales la educación física, el deporte y la inclusión social, generando espacios para el intercambio de metodologías, currículos y otros temas de orden pedagógico que orienten un proceso de formación inclusivo en el sector educativo y naturalmente en el espacio deportivo.

Una mirada fundamental en este proceso de comprensión y de apreciación del deporte, la discapacidad y la inclusión social, será la de intentar explicar la problemática esencial que transforma la vida de las personas y de la sociedad a través de la ciencia y la tecnología. En tal sentido es indispensable reflexionar y generar acciones en torno a los avances de la ciencia y la tecnología y sus aplicaciones al deporte para la discapacidad, en la posibilidad de explorar tendencias, novedades y experiencias que permiten abordar de manera especial el tema de las instalaciones, equipos y materiales para el manejo de las actividades físicas, recreativas y deportivas de personas con discapacidad, que indudablemente llevan implícitos significativos ingredientes que se relacionan estrechamente con la inclusión social, incluyendo desde luego, los temas pertinentes a la preservación de la salud y el manejo de los riesgos deportivos controlados o no que se deriva de la práctica deportiva y recreativa.

No se puede hablar del deporte, la discapacidad y la inclusión social, sin tocar el aporte del deporte paralímpico en este fenómeno. Pues bien. A través de él dado su alto impacto en la sociedad y en los medios masivos de comunicación, se identifican las tendencias del deporte para las personas con discapacidad, reconociendo que tanto a nivel mundial como en el plano nacional hay rutas marcadas hacia las cuales tiende su desarrollo y en las que el Estado y la Sociedad Civil cumplen un papel estratégico; así mismo, a través de un profundo análisis sobre este tema tan particular del deporte paralímpico, pueden abordarse entre otros y de manera especial tópicos referentes al conflicto y la contradicción que se genera entre inclusión social y el deporte competitivo, caso en el cual, se pueda establecer por un lado el altísimo significado y trascendencia del deporte de alto rendimiento para personas con discapacidad como un elemento promotor y difusor de la actividad deportiva para este grupo especial de personas en la sociedad.

Así que entonces, puede afirmarse que un mundo deportivo, para las personas con discapacidad en el cual no se hable de inclusión y de desarrollo humano no es viable para la sociedad en su sentido más amplio y no únicamente referida al grupo poblacional específico, es decir, necesitamos una sociedad inclusiva, abierta a la integración, al intercambio social y humano, que acepte la diversidad, el respeto por los derechos humanos y la naturaleza humana como elementos estructurantes del desarrollo social de los pueblos. No podrá hablarse de desarrollo humano sostenible, si no hacemos sostenible a la sociedad y no es sostenible una sociedad donde subsistan exclusiones de cualquier naturaleza.

Para finalizar este artículo, es necesario recordar aquí una hermosa cita del exsecretario de la ONU el señor Kofi Anan: “no tendremos desarrollo sin seguridad, no tendremos seguridad sin desarrollo y no tendremos ni seguridad ni desarrollo, si no se respetan los derechos humanos”

[1] MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL. Discapacidad e integración sociolaboral en Colombia guía metodológica para la implementación del modelo. Bogotá. D.C. 2006.
[2] AUPEC. CIENCIA AL DÍA. La ciudad, cárcel para personas con discapacidad. UNIVALLE. 1997.
[3] NACIONES UNIDAS. Derechos humanos y discapacidad. Ginebra. 2002
[4] NACIONES UNIDAS. Comité Especial encargado de preparar una convención internacional amplia e integral para proteger y promover los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad. Nueva York. 2006.
[5] COLDEPORTES – CPC. Plan para el fortalecimiento del comité paralímpico colombiano - CPC -. 2005 – 2016. “Deporte accesible para todos”. Bogotá. 2005.

jueves, 14 de mayo de 2009

CONTEXTO SECTORIAL DEL DEPORTE PARA LA GENERACIÓN DE INDICADORES PARA COLOMBIA

En el proceso de descentralización política, administrativa y fiscal colombiano, pese a los mandatos de orden constitucional, legal y político, se presentan serios altibajos y una muy pobre medición de sus impactos dentro de un amplio contexto de eficiencia, productividad, efectividad, equidad y transparencia de la gestión pública, de manera particular sobre uno de los temas centrales del desarrollo: la equidad social, lo cual, sin lugar a dudas deberá soportarse con los instrumentos fundamentales de la planeación, el control, el seguimiento y la evaluación.

En efecto, tales procesos, ha producido impactos importantes en el ámbito territorial, con la definición de mayores competencias y recursos, tal y como de manera explícita se manifiesta en el sector de recreación, deporte, educación física y aprovechamiento del tiempo libre, pero hoy se desconocen públicamente tales impactos y mucho menos sobre el tema de equidad social. ¿Cuál es el aporte sectorial para la disminución de la equidad social?

Paralelamente la participación y los mecanismos para ejercer el control sobre el uso de los recursos, en función de las demandas sociales, han sido regulados por la ley y en particular para el sector, es claro que la ley 181 de 1995, ha dispuesto la posibilidad de ejercer tal derecho, entre otros, a través de la participación de la comunidad en la formulación de los respectivos planes locales de deporte, recreación, educación física y aprovechamiento del tiempo libre[1] y la conformación de las veedurías deportivas[2]. ¿Cómo se han construido estos planes? ¿Existen? ¿Quiénes los conocen? ¿Cuántos se han evaluado? ¿Cuáles han sido sus resultados? No se trata entonces únicamente que por mandato de la ley, las entidades territoriales estén en la obligación de formular los planes sectoriales de deporte, recreación y aprovechamiento del tiempo libre, sino que ellos se hagan visibles a la comunidad y con la participación de ella en su formulación. Por otro lado, conociendo estas obligaciones legales, ¿dónde están las glosas de la Contraloría o las demandas de las Personerías o de la Procuraduría hacia los responsables por el incumplimiento de estos mandatos legales acorde a como lo establece la ley? Es evidente que hay un gran desconocimiento del sector y por parte de las autoridades territoriales su incumplimiento es bastante evidente a lo largo y ancho del país.

En razón de ello, la realización de procesos de planeación (formulación, seguimiento y evaluación), en el campo del deporte, la recreación y el aprovechamiento del tiempo libre, se han de construir desde un enfoque de Equidad Social[3] buscando posibilitar la resolución de las desigualdades económicas, sociales y políticas que se presentan en las entidades territoriales y que para el caso particular del sector de recreación, deporte, educación física y aprovechamiento del tiempo libre, debería ser liderado por el INSTITUTO COLOMBIANO DEL DEPORTE, como una política real de Estado, que de alguna manera permita evaluar la intervención real del Estado en sus distintos niveles territoriales, en este campo vital de la vida de los colombianos.

Entendiendo que lo único que justifica la vigencia y la competitividad de una organización o aún más complejo la de un sector, ello se relaciona especialmente con el cumplimiento de su misión, es decir, la de satisfacer unas necesidades demandadas dentro de ciertos requerimientos de calidad y de empleo de recursos, y que tal hecho no puede estar expuesto de manera arbitraria al azar y a la incertidumbre; se hace necesario entonces desarrollar determinados mecanismos que disminuyan los riesgos de no llegar a cumplirla, lo cual sin lugar a dudas se hace a partir de la formulación de los planes, en este caso particular de los planes sectoriales de deporte, recreación y educación física que la ley 181 de 1995 ha obligado a formular. Pero estos planes, no pueden ser hechos únicamente para el escritorio o para cuando llegue la contraloría o cualquier otro ente de control; hay que volverlos realidad, es decir, ejecutarlos y actuar en función de ellos, para lo cual, habrá que crear los mecanismos necesarios que permitan su ajuste o corrección en la medida de las necesidades e incontingencias que se presentan a lo largo de su ejecución. Es ahí donde surge el control como instrumento básico que permite a través de la verificación, y la evaluación, periódica, sistemática y oportuna, proponer correctivos que conlleven al cumplimiento de los objetivos, o implementar las acciones que sean necesarias y así poder lograr cumplir la misión.

En consecuencia con ello, se hace absolutamente necesario la creación y desarrollo de un sistema que facilite e incluso propicie la medición, verificación y evaluación no solo de la gestión, sino igualmente del cumplimiento de tales principios de la función administrativa, lo cual genera la necesidad de contar con ciertos instrumentos que sirvan para hacer tales mediciones de forma confiable, comparable, cuantificable, e incluso que puedan evidenciar el avance y estado de cómo se están alcanzando los objetivos en un momento dado, y en caso necesario poder adoptar los correctivos que permitan el cumplimiento de la misión de la organización. Entre tales instrumentos, se encuentran por ejemplo, los cuadros de control, las estadísticas, los cuestionarios y desde luego los denominados INDICADORES DE GESTION.

Sin embargo, con respecto a la medición y evaluación de la actividad estatal será fundamental tener en cuenta, entre otros aspectos de acuerdo con Wiesner[4], tres tipos de situaciones:
  1. La importancia de introducir mayor racionalidad en los ajustes o correcciones fiscales, lo que supone un adecuado conocimiento de las actividades del sector público y de su impacto para efectuar los recortes de manera diferenciada y según prioridades bien establecidas; ¿cuál es el criterio mediante el cual se disminuyen o se incrementan los recursos para el sector deportivo? Por otro lado, de manera particular, en el caso del sector de deporte, recreación educación física y aprovechamiento del tiempo libre, frente a la arbitrariedad manifiesta de las Entidades Territoriales en el manejo de los recursos asignados por la ley, así como su baja o nula evaluación del impacto de los diferentes programas, quién determina, quién o quiénes priorizan la inversión hacia el sector? En tal condición, es más que evidente considerar este parámetro a la hora de establecer los procesos de medición y de evaluación de la actividad estatal, por lo menos en cuanto a este sector se refiere. Cada Entidad Territorial e incluso el mismo COLDEPORTES NACIONAL, destina recursos acorde con las coyunturas y no con la importancia estratégica y estructural del sector, o aún más grave sin considerar lo que han establecido en sus propios planes sectoriales.
  2. El alto costo político que pagan los gobiernos cuando la opinión pública percibe poca eficiencia y eficacia en los programas públicos; hasta ahora sólo la consecución de medallas y triunfos constituyen las pocas percepciones de los impactos del sector; aún están lejos del alcance de la opinión pública en general, temas mucho más relevantes, como el altísimo poder preventivo y mejoramiento de la salud pública o su rol en términos educativos y de transformación de la cultura de la ciudadanía.
  3. La mayor demanda de transparencia y de responsabilidad por parte de sociedades más democráticas. Para el caso, desde el mismo mandato constitucional emanado del Art. 52º, plantea que “el estado fomentará estas actividades e inspeccionará, vigilará y controlará las organizaciones deportivas y recreativas cuya estructura y propiedad deberán ser democráticas”; así mismo la ley 181 de 1995, más conocida como la ley del deporte, de manera específica, ha ordenado la creación de veedurías deportivas, cuyo fin principal, precisamente es intentar mostrar la transparencia en la ejecución de los recursos dispuestos para el desarrollo de las actividades del sector. Sin embargo, es necesario aclarar que la transparencia y la responsabilidad tienen que ver con la verificación de los principios de eficiencia, eficacia, productividad, equidad, celeridad, prioridad y oportunidad en el uso de tales recursos, lo que significa dotar de los elementos necesarios a los propios entes del deporte, a los organismos encargados de la inspección, vigilancia y control y las mismas veedurías deportivas, de las herramientas que hagan viable tal propósito.

Acorde con lo anterior, se hace necesario desarrollar instrumentos y mecanismos que permitan la evaluación, el seguimiento y el control de la actividad sectorial del deporte, la recreación, la actividad física y el aprovechamiento del tiempo libre, a través de indicadores, que permitan entre otras tantas posibilidades, establecer la eficiencia y efectividad en el uso de los recursos destinados a satisfacer esta necesidad básica del ser humano y que de la mano de estrategias intersectoriales, permitan su articulación con otras acciones, que propicien el desarrollo integral y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.



[1] Ley 181 de 1995, Artículos 61º, 66º y 69º (concordante con lo señalado en la ley 617 de 2000).
[2] Ley 181 de 1995, Art. 61, núm. 18.
[3] La Equidad, además de ser un reto del gobierno es un deber constitucional. Su finalidad es la de promover la transformación de las relaciones desiguales y discriminatorias entre los diferentes actores sociales, hombres y mujeres, de acuerdo a sus particularidades.

[4] WIESNER, EDUARDO. FUNCION DE EVALUACIÓN DE PLANES, PROGRAMAS, ESTRATEGIAS Y PROYECTOS. CEPAL, SANTIAGO DE CHILE, MAYO DE 2000.

GESTIÓN DEPORTIVA COLOMBIANA

Las sociedades modernas, caracterizadas entre otras muchas variables, por la globalización de sus mercados, por el acelerado desarrollo de la ciencia y la tecnología, por la estandarización creciente del consumo social, el cual y de manera especial, se ha orientado hacia la diversión y la recreación humana, marca la pauta de una sociedad proyectada hacia el futuro, en el cual el tiempo libre, tiene un papel estratégico, generando ingentes demandas de servicios que hoy constituyen una de las aristas más importantes de la economía mundial.

Dichas demandas sociales en el campo del tiempo libre, incluso se han convertido en políticas públicas importantes, pues se considera que influyen en el mejoramiento de la calidad de vida de los individuos en particular y de la sociedad en general. Independientemente que los Estados las hayan incorporado en sus perspectivas políticas, lo cierto es que éstas demandas son suplidas por organizaciones públicas y privadas a través de actividades artísticas, recreativas, culturales y deportivas, algunas con carácter formativo o través de espectáculos públicos o de la estructuración de espacios particularmente adaptados para el disfrute del tiempo libre, como los parques y plazas públicas o los centros comerciales, el sitio de encuentro de las comunidades del siglo XXI; en el campo deportivo, se realiza a través de actividades tales y como escuelas de formación deportiva, clubes, ligas, federaciones, complejos deportivos, cajas de compensación, entes deportivos y desde luego toda la gama de espectáculos deportivos, que han encontrado en la prestación de servicios deportivos no sólo una vía para la satisfacción del aprovechamiento del tiempo libre, sino igualmente una nueva fuente de trabajo, de generación de ingresos y de organización empresarial que hoy se extienden rápidamente a lo largo y ancho del planeta.

De esta manera durante los últimos veinte años, el auge de las actividades de tiempo libre y en particular las de carácter deportivo, han significado una profunda transformación en la sociedad, conviertiéndolo en un sector estratégico y en uno de los grandes problemas sociales a resolver, con una igualmente creciente presencia del Estado, interviniendo, apoyando, fomentando, patrocinando, regulando y en general, mostrando una significativa presencia, que en una muy buena medida ha determinado en no pocas veces el rumbo de su desarrollo, generando políticas, estrategias, programas y acciones encaminadas a dar respuesta a la comunidad en este vital campo de la vida del hombre en la actualidad y en el futuro.

Colombia, no podía estar ajeno a ese proceso y si bien es cierto, su desarrollo en términos comparativos con países de la región y de su mismo nivel, revela avances en algunos de sus frentes, en el campo organizativo, de gestión y gerencial, apenas se encuentra en una etapa incipiente, especialmente si se tiene en cuenta que la concepción como tal del tiempo libre y el manejo del mismo ha estado marcado desde el punto de vista de su gestión y organización por una segmentación dispersa y desarticulada de sus instituciones, que se han ocupado indistintamente de lo cultural, de lo deportivo o de lo recreativo, sin un nexo estratégico que permitiera una incidencia ordenada sobre la sociedad y la posibilidad de vincularse estrechamente al mejoramiento de las condiciones y de la calidad de vida.

En Colombia, como en el resto de países del mundo, el deporte ocupa un papel protagonista en la sociedad. Es evidente su marcada tendencia comercial y su fuerte nexo con los medios de comunicación de masas; se ha insertado en la vida cotidiana de las personas, sea ya a través de su práctica sistemática o por medio de su acción mediática a través del espectáculo deportivo; ha dejado de ser una actividad únicamente de privilegiados, para convertirse en una actividad social y de masas, con múltiples manifestaciones a través de sus diferentes disciplinas y un sinnúmero de organizaciones deportivas oficiales y privadas que promueven y jalonan la promoción, difusión y crecimiento constante de la actividad deportiva en Colombia, pasando de las tradicionales estructuras propias del deporte asociado y de los Entes Deportivos Públicos, al surgimiento de grandes centros de recreación y formación deportiva como las Cajas de Compensación Familiar y varios miles de empresas deportivas hoy en pleno desarrollo en el país.

Por esa razón y después de trasegar durante varios años dentro del sector de deporte, recreación y aún en el ámbito cultural, en un ir y venir en actividades dirigenciales del deporte, como funcionario, investigador, consultor, docente, dirigente deportivo, promotor y multiplicador de muchas de sus acciones, nos dimos a la tarea de intentar desde otro ángulo, desde otra visión, que respeta la del resto de los compatriotas, compartir con la sociedad colombiana, el resultado de muchas noches y días de reflexión que se reflejan en esta estructura de pensamiento que a partir de este blog se comenzará a promover y articular con elementos conceptuales y situaciones estructurales o coyunturales que intenta dar respuesta desde éste lado del río, a una necesidad sentida en la dirigencia y en el quehacer del sector en general del país y por qué no, aunque sin esas pretensiones, en la región; pero en especial, para todos aquellos con quienes he compartido pequeños, medianos y grandes espacios de encuentro e intercambio social, cultural y ante todo de lo qué significa un sector que ha sido nuestra vida y al cual esperamos darle nuestro aporte, que pequeño, mediano o grande, sólo cuando se asimile y se evalué su intensidad, intencionalidad, racionalidad y hasta sensibilidad se sabrá.

Es necesario dejar en la mente de nuestros lectores que en el largo plazo, el análisis abarcará la dimensión del tiempo libre, pues en estas etapas iniciales se ha sesgado el esfuerzo hacia el campo de la gestión del deporte y desde luego dando prioridad al rol del Estado en este amplio campo de la gestión deportiva, sin descuidar aspectos que se refieran a otros contextos organizacionales de la gestión del deporte como el que se presenta en las Federaciones, Ligas o Clubes Deportivos o hacia el Movimiento Olímpico.

Así entonces, tomando de contexto y explorando la acción del Estado en el marco de la globalización económica, se pone en evidencia que el país ha podido asistir a una permanente reestructuración de su estructura estatal, que sin lugar a dudas, ha tenido como especial protagonista al proceso de modernización, especialmente reflejadas en lo que se conoce como la descentralización; sea ya porque las viejas estructuras centralizadas cumplieron su arcaico objetivo, o por que las necesidades de un cada vez más eficiente servicio y necesaria autonomía de las comunidades y de las entidades territoriales, han obligado a que tal proceso se disemine hacia los distintos servicios que el Estado ofrece para la satisfacción de las necesidades del ser humano en Colombia.

El caso del tiempo libre, el deporte y la recreación no podían ser ajenos a dicho proceso y en tal sentido, con la promulgación de la ley 181 de 1995, pese a las dificultades fiscales y a las debilidades estructurales de las entidades territoriales, especialmente de los municipios, las viejas juntas municipales de deporte y juntas administradoras seccionales de deporte, tuvieron que dar paso, por lo menos desde el punto de vista legal y formal, a la creación de los establecimientos públicos denominados ENTES DEPORTIVOS, como organismos especializados que en el respectivo nivel, pudieran cumplir con la función constitucional de garantizar el derecho a la recreación, al deporte y al uso sano del tiempo libre, tocando de paso la nueva y necesaria acomodación del deporte asociado, de la recreación y de la educación física a lo señalado en dicha norma.

Si bien es cierto la ley 617 de octubre 6 de 2000, otorgó facultades a las Entidades Territoriales, para tener otro tipo de organización que responda por la prestación del servicio de recreación, deporte y aprovechamiento del tiempo libre en la respectiva jurisdicción, esto es, una Secretaría o una Oficina Coordinadora, la norma es igualmente clara al manifestar que cualquiera sea la forma organizativa que asuma, deberá abordar las funciones correspondientes, lo que significa que las Alcaldías y Departamentos están en la obligación de cumplir con todo lo señalado en la ley 181 de 1995 para los Entes Deportivos, como por ejemplo, tener su propio plan sectorial, su presupuesto específico entre otros.

Paralelo a ello, las formas gerenciales de la administración pública, enmarcadas dentro de la perspectiva de la idoneidad y de la competitividad organizacional y empresarial, igualmente fueron irrumpiendo de manera acelerada, generando obligaciones, que aún no han podido ser asimiladas de manera adecuada en las diversas instancias territoriales, máxime cuando la actividad deportiva, recreativa y de tiempo libre, se siguió considerando, especialmente en éstos niveles, una actividad secundaria, no prioritaria dentro del andamiaje de las estructuras y políticas de gobierno, con especial acentuación de ésta problemática en el ámbito territorial. En tal sentido, también es importante recordar que mediante la ley 909 de 2004, por la cual se expiden normas que regulan el Empleo Público, la Carrera Administrativa, la Gerencia Pública y se dictan otras disposiciones, se establecieron tanto el concepto de la gerencia pública para las Entidades Territoriales como el acceso a la misma y en particular su artículo 47 señala que: " 2. Los cargos de gerencia pública son de libre nombramiento y remoción. No obstante, en la provisión de tales empleos, sin perjuicio de las facultades discrecionales inherentes a su naturaleza, los nominadores deberán sujetarse a las previsiones establecidas en el presente título.... b) En el Nivel territorial, a los empleos de secretarios de despacho, de director, gerente; rector de Institución de Educación Superior distinta a los entes universitarios autónomos.... ARTÍCULO 49. Procedimiento de ingreso a los empleos de naturaleza gerencial... 1. Sin perjuicio de los márgenes de discrecionalidad que caracteriza a estos empleos, la competencia profesional es el criterio que prevalecerá en el nombramiento de los gerentes públicos. 2. Para la designación del empleado se tendrán en cuenta los criterios de mérito, capacidad y experiencia para el desempeño del empleo, y se podrá utilizar la aplicación de una o varias pruebas dirigidas a evaluar los conocimientos o aptitudes requeridos para el desempeño del empleo, la práctica de una entrevista y una valoración de antecedentes de estudio y experiencia..." En consecuencia, quienes nominen a estos funcionarios en el nivel territorial, deberán considerar la COMPETENCIA PROFESIONAL. ¿Y cuál es la competencia profesional? La Mesa Sectorial del Deporte y el Ministerio de Educación (Resolución 2767 de 2003) ya ha dado respuestas al respecto, al señalar que la Administración Deportiva es una profesión y por lo tanto, quienes estén formados para ello, tendrán sin lugar a dudas la COMPETENCIA PROFESIONAL para ejercer dicho cargo en los ámbito territoriales.

Sin embargo, la realidad que hoy se observa en Departamentos y Municipios refleja que quienes administran tales servicios, no son importantes y su perfil y salarios son de los más bajos dentro del campo de la administración pública, cuando no inadecuados, para orientar los destinos de éste sector en el ámbito local, contando entonces como única alternativa de la buena voluntad y vocación de servicio de quienes por amor y dedicación han entregado su vida al deporte y la recreación, generalmente profesores y docentes de la educación física, el deporte y la recreación o deportistas con algunos logros o dirigentes empíricos, pero que están muy distantes del campo de la administración y de un verdadero poder de decisión y aún en no pocas veces de acción.

Es claro que éstos dirigentes, profesores y demás han abierto un importante camino en la construcción del sector y que ni más faltaba hacia ellos dirigir la crítica. Por el contrario, es necesario exaltar y reconocer el esfuerzo y la dedicación que muchos de ellos le han entregado, destacando que precisamente debido a muchas de sus acciones, se ha beneficiado a miles de colombianos, de múltiples maneras. No sobra decir, que de todas maneras éste último planteamiento, parece confirmar una tendencia universal de un alto nivel de “pedagogización” de quienes han sido los responsables del direccionamiento de esta actividad en la sociedad[1], descuidando la formación específica, tanto en el área de gestión como de economía del deporte, porque si bien es cierto, la colaboración de voluntarios y personas que “se le midan” a la administración y gestión del tiempo libre, el deporte y la recreación, ha permitido consolidar un mediano desarrollo del sector, es cada vez más evidente la necesidad de contar con personal dotado de las herramientas conceptuales y técnicas que faciliten y hagan más eficaz, eficiente y productiva su gestión y administración.

Así, usted amigo lector, encontrará en este blog aproximaciones hacia la determinación del sector del tiempo libre, la recreación y el deporte, dentro del campo de la vida económica y social, desde la perspectiva de las necesidades humanas, que permiten afirmar que efectivamente se trata de un sector en permanente crecimiento, en constante evolución y especialmente parte significativa en la vida del hombre moderno, visto desde varias perspectivas.

Encontrará de la misma manera análisis hacia la respuesta organizativa que históricamente en Colombia se le ha dado al sector, tanto desde el ámbito privado como del Estado, identificando las estructuras globales que en los distintos niveles se han ocupado de formular y ejecutar programas encaminados al uso del tiempo libre a través del deporte y/o la recreación, hasta desembocar en el proceso de descentralización y la creación de los establecimientos públicos, denominados Entes Deportivos (Departamentales y Municipales), con sus respectivas características, legales, normativas y operativas, ratificando, que la ley 617 de 2000 no los ha suprimido, sino RECOMENDANDO que en aquellos sitios donde no pueda sostenerse sus recursos para funcionamiento se le otorgan facultades a la Entidades Territoriales para adoptar otra figura organizativa que le de respuesta a las necesidades del sector en su respectivo ámbito territorial, precisando sus fundamentos legales, requisitos para su funcionamiento, naturaleza y estructura administrativa y funciones generales; sus relaciones funcionales con otros organismos de orden territorial, componentes de la gestión, principales instrumentos propios de la misma, tales y como los planes administrativos, planes operativos anuales, planes de acción y los procesos encaminados a la gestión del personal o talento humano, los procedimientos, los criterios de control interno y desde luego los parámetros propios del seguimiento y la evaluación, con el fin de analizar las principales herramientas administrativas a través de las cuales se planifican, presupuestan, financian, ejecutan y evalúan los diversos planes y programas encaminados a satisfacer unas necesidades crecientes de la comunidad en este campo de la vida social.

Es pues, una oportunidad significativa para exponer al lector especializado y el público en general, en la perspectiva del conocimiento y análisis crístico de la gestión y administración del tiempo libre, el deporte y la recreación sea ya desde el lado de la administración pública con énfasis en el ámbito territorial, o desde sus diferentes organizaciones incluyendo las del deporte asociado, cuyo peso y responsabilidad en el desarrollo del ser humano, es cada día más importante para el conjunto de la sociedad, pues desde allí indudablemente se contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.

[1] “..las perspectivas de una carrera (en el área de gestión del deporte) se rigen por los requisitos de la formación de profesores de educación física y deporte. Los conocimientos económicos no son necesarios... Aunque la medicina deportiva y la teoría del movimiento se esforzaron activamente por una economización de los procesos motores de los atletas, los instrumentos de las ciencias humanas y sociales no son adecuados para estudiar la realidad económica. Su ideal no es el homo economicus, el centro de interés de las ciencias económicas, sino el homo ludens que se realiza en el juego sin tener que preocuparse por asegurar su existencia material.” KLAUS Heinemann. Introducción a la economía del deporte. Barcelona. 1998. Editorial Paidotribo. Pag. 17.